Como todos sabemos, la población mundial está envejeciendo y el grupo de mayor edad es el que más ha aumentado. Si bien estos cambios demográficos fueron los momentos más dramáticos de la segunda mitad del siglo pasado, se espera que esta tendencia continúe o incluso aumente. Asimismo, América Latina se encuentra en medio de este profundo cambio demográfico. En las últimas décadas, la tasa de natalidad de casi toda la región ha disminuido drásticamente. Hoy, dicha tasa en la mayoría de los principales países de la región está cerca o incluso por debajo de 2.1 entre ellos Chile.  Se prevé que en los próximos años se pasará de una población en transición en donde el 10% a 19% de la población total tiene 60 años o más, a una población envejecida en donde el 29% de la población total se considerara adulto mayor.

El problema surge porque el rápido envejecimiento de la población y sus posibles consecuencias están casi sin resolver. Su ámbito de influencia incluye la atención médica, el derecho, la política y la sociedad, y faltan acciones concretas para solucionar el problema de manera rápida o futura, antes que la situación sea más delicada.

En términos de salud bucal, este fenómeno demográfico ha afectado seriamente a la población anciana con más dientes, pero dada la prevalencia y severidad de las enfermedades bucales (como caries dental y enfermedades periodontales), su salud general y la calidad de los dientes se verá afectada cada vez más.

En todos estos casos, comienza a convertirse en una necesidad y un desafío que se prepara para entrar en esta alta demanda futura de patología bucal en poblaciones específicas. Los preparativos hechos hace unos años no existen o se entregan de forma vaga. Pero el surgimiento de una nueva área en el campo de la odontología, odontogeriatría que se define como «la parte del trabajo odontológico que implica la provisión de conocimientos, actitudes y habilidades técnicas específicas requeridas para el cuidado de la salud bucal de las personas mayores», tendría la tarea de satisfacer las complejas necesidades de estas nuevas poblaciones ancianas.

Se espera que para el año 2025, Chile se convierta en el país más longevo de América Latina, por lo que la tarea debemos realizar es liderar la formación de nuevos profesionales y expertos en salud, planificar nuevas políticas públicas en salud bucal para esta población en puntual. Implementando planes innovadores basados ​​en el avance de investigaciones, incluyendo el trabajo multidisciplinario de todos los profesionales de diferentes disciplinas de la salud. Si los esfuerzos de los diferentes grupos involucrados se concretan junto con las políticas nacionales establecidas, Chile puede convertirse en un referente y modelo a seguir para responder a estos desafíos.

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